RELATIVO.
Todo es relativo. Todo es una interpretación de nuestra mente que acaba imponiendo su credo del que hacemos un absoluto.
Todo es relativo menos mi credo, mis creencias, que acabo convirtiéndo en mi dogma personal y como Tabla de Mandamientos gobierna mi vida.
Todo es relativo menos mi manera de entender la vida que es mi verdad que defiendo a capa y espada.
Todo es relativo menos mi mapa mental que es el único que me sirve para andar por la vida.
Todo es relativo pero cuando confrontamos mapas y creencias todo se vuelve absoluto. Nuestro lenguaje cambia y nos volvemos dogmáticos e integristas pontificamos o nos limitamos a escuchar con ese:»si, si, lo que tu digas, pero no tienes la razón.»
Y es que la búsqueda de LA VERDAD es la misión del hombre y la mujer en la tierra. Y mientras no la encontremos fabricaremos la nuestra propia e intentaremos satisfacer su anhelo vital mediante relativas, personales y subjetivas verdades que son nuestro credo personal. Más seguiremos afirmando cual dogma universal que todo es relativo. Más LA VERDAD es una sola y es absoluta.
¿Cuándo reconocemos que hemos encontrado LA VERDAD? Cuando la dejamos de defender, cuando sólo la vivimos y la aplicamos con un AMOR que traciende lo mental y se coloca en lo Transpersonal.
El relativismo es la consecuencia de la interpretación mental de la vida que cree que su propia interpretación es el absoluto y de ahí genera un estilo de vida que denominamos en Desarrollo Personal «tibieza». La tibieza es una actitud del relativismo. Frente a ella la fortaleza de quien desde LA VERDAD, es decir, lo absoluto ACEPTA la vida como lo que es: una interpretación subjetiva de la mente y por tal relativa y puede por ello amar a todo y a todos sin distinción.
Ahora nuestras mentes podrán decir aquello de:»Eso es imposible». Amén. Todo es relativo, recuerda.