JUDIOS, CRISTIANOS, MUSULMANES.
Agrupamos a millones de personas.
Creemos en el mismo Dios.
Leemos casi los mismos textos.
Compartimos parte de la historia.
Nos matamos. Nos perseguimos. Nos insultamos. Nos despreciamos.
Miles de años no se curan en un día.
¿Por dónde empezamos?
Comencemos por un gesto.
Un pequeño gesto de respeto y amor.
Sigamos con otro pequeño gesto. Y así sucesivamente.
La historia que nos cuentan los libros y la televisión no es la VIDA, es una foto fija de una mínima parte de la VIDA.
En la vida diaria hay más amor y compasión que guerra y odio.
Más la creencia extendida es la contraria.
Y nadie puede demostrarmela realmente simplemente lo creemos a piejuntillas.
Lo que en el mundo está ocurriendo son guerras y miserias, corrupción y desamparo.
Seguro que sí, seguro que si a poco que rasque lo encuentro.
Pero aseguro con rotundidad que más son las historias de amor y compasión.
Que superan en millones a las catástrofes y destrucciones.
Sólo es cuestión de ponerse a mirar donde hay que mirar.
Hay quien trabaja por erradicar las guerras y la miseria.
Y su propósito no tendrá fin.
Hay quien trabaja por sembrar amor en su vida cotidiana.
Y su propósito tendrá fin. Pues se agota en el mismo instante en que en el ahora da amor y es amor.
Trabajar para la Paz es trabajar en la vida de cada uno con amor, en cada entorno y circunstancia personal.
Ahí y sólo ahí crecerá la Paz. Es el pequeño gesto.
Y la cadena de gestos hará el milagro que todos esperamos.
Gracias Rabino.
Gracias Iman.
Gracias Papa.
me encanta la posibilidad de contribuir con la Paz sea desde la difusion de ideas tendientes a ese fin, sea desde mi labor como mediadora.
Ya somos dos. Gracias por compartir.