Es ese todo nuestro viaje, del “aún no” es el momento, al “Ya no” no es el momento. En ambos momentos de la vida estamos haciendo un juicio, elaborando mentalmente todo un escáner que nos permite sentenciar con estas dos, que yo denomino, “palabras llave”. “AUN NO”: Durante la juventud sobre todo, encontraras a mucha gente que te dice que aún no es el momento, el tiempo o el lugar, para luego pasar a decírtelo tú de manera personal. Este “aún no” impide tomar la iniciativa, pasar a la acción, dar el primer paso e introduce en la fórmula consideraciones de futuro y pasado. Futuro porque tiene capacidad de visión y sabe ver él cuando. Pasado porque examina la mochila y verifica que falta equipaje. “YA NO”: Lo encontraremos sobre todo entre gente madura que ya tiene un recorrido en la vida en todos los aspectos. “Ya no es el momento”. “Ya no puedo”.”Ya no quiero”. Como vemos la clave es el “YA” y el “NO”. Sabemos que el “NO” es un término que nuestro cerebro entiende de manera muy determinada y su uso tiene que ser responsable y medido por la forma en cómo nuestros hemisferios cerebrales captan la información. Por lo que se refiere al “YA” supone nuevamente un juicio en el que introducimos un pasado que culmina expectativas y un futuro exento de ellas. Tiene una gran fuerza cuando ambos vocablos se utilizan de manera imperativa:¡NO!, ¡YA!, ¡ya basta!, ¡ya está bien!. “YA NO” y “AUN NO” son “palabras llave” no solo porque abren y cierran un tiempo en nuestras vidas sino por el hecho de que su utilización genera una realidad para el que las crea de tal fuerza que supone cerrar las posibilidades de cambio y reinicio de cualquier persona. El uso de estas llaves mentales, de estas programaciones automáticas que encierran nuestra voluntad y no la permiten un desarrollo más allá, debe ser responsable y para ello es necesario la observación de su utilización para verificar luego la potencia con que están determinando nuestro AHORA y desde la observación gestionar su uso adecuado para que no se conviertan en esas llaves que cuando las busco nunca las encuentro y comienza la ansiedad, el miedo, la ira, la tristeza…por no poder abrir la puerta.