La casi totalidad de lo seres de esta tierra no será recordada en los libros de historia.
La casi totalidad de la humanidad no será célebre.
Pero sin todos nosotros los héroes y destacados, los recordados por los manuales de la historia, no son nada. Pues sin testigos las hazañas no trascienden.
Es nuestra condición de testigos, de observadores, la que nos coloca en la historia con el protagonismo absoluto.
Y de lo que nadie más que nosotros mismos somos testigos es de nuestros sentimientos. Sólo son nuestros.
Ser testigo de la creación, de los demás, de las circunstancias y de los sentimientos que todo ello nos producen. De los pensamientos y del cuerpo. Ser TESTIGOS.
Una conciencia consciente es el TESTIGO.
Sin testigo observando no trasciende lo observado de si mismo.