EL PODER DEL LADO OSCURO
La autoestima tóxica.
Vender productos adulterados estuvo muy de moda durante algunos años en la alimentación y se causó estragos, muerte y enfermedad. Intoxicaciones letales. Fue necesaria una regulación y un control férreo para lograr erradicar esta práctica delictiva.
Si con la alimentación ocurrió, con los nutrientes mentales y sentimentales está ocurriendo lo mismo. Desde hace años escucho a los psicólogos decir que muchos pacientes han sido víctimas de terapias adulteradas.
Uno de los mejores productos adulterados es la autoestima degenerativa en egocentrismo autoreferenciado que se diagnóstica fácilmente en el lenguaje:
«Primero me tengo que cuidar yo»
«Lo primero soy yo»
«Porque yo lo valgo»
(…)
Empoderar al ser humano hasta ser individuo es la clave. Simpáticos y nada empáticos. Les guía su voz interior. Ellos son principio y fin. Alfa y omega de sus existencia.
Lo mejor de ello es que tienen éxito en réditos de fama, dinero y poder. Y esta manifestación provoca adicción.
Como con el tabaco, habrá una lucha de concienciacion y sensibilización futura, pero vimos como incluso se podía fumar en hospitales y por los propios médicos en la consulta.
Ahora pasa lo mismo con la autoestima tóxica, que se compra a granel. Se llenan teatros donde a cambio de un dinero se experimenta el gozo del elixir de la flor de loto que se vende en pequeñas dosis para que luego pidas más y pagues más.
Las generación Z y Alfa se defenderán en el futuro de este nutriente adulterado como los jóvenes milenians lo hicieron con el tabaco.
El lado oscuro de la fuerza es lo que tiene, que esclaviza en un imperio de miedo, porque quien se empodera hasta el extremo lo hace para poder combatir su miedo existencial.
De frente, el modelo del Maestro de Nazaret que invita a la pobreza en el Espíritu.
Consiste esta en considerar desde el corazón y la mente que sin Él, el Amor, no podemos nada. Y así pedir en todo momento su ayuda.
Sin Amor el ser humano es un individuo.
Sólo el Amor basta y con él nace la Luz y con ella se ilumina el camino de otros y así darse si fuera necesario en holocausto por los demás, quedando muy lejos el egocentrismo vencido por un ego disuelto en la Belleza, la Verdad y la Bondad de SER.
Bienaventurados los pobres de espíritu, porque suyo es el Reino de los Cielos.
