BELLEZA

BELLEZA.

¿Y quién no quiere la BELLEZA a su lado?.
La cuestión es desde dónde la estoy buscando.

Desde la mente aparecerá una caricatura de la belleza al basarse en memorias, juicios y comparaciones. Su mapa no es el territorio.

Desde el cuerpo no encontraré estabilidad y permanencia. Es cambiable e impermanente.

Desde los sentimientos. Ellos va y vienen. Aparecen y desaparecen. No son estables.

Desde el corazón. Es fuente de lo más bello pero precisa de la colaboración del resto pues sino puede endurecerse. Precisa del espíritu para que lo habite y al ser invisible la mente lo ataca por irreal y el corazón no alcanza su total explendor.

Desde el Ser. Es lo más bello. Pero no puede ser observado dado que es el observador. Su consciencia nos permite constatar la existencia de la pura belleza que somos cuando el resto, mente, cuerpo, sentimientos y corazón se alinean para ser Uno. Pues la belleza es Una.

A los judíos les dijo Yahveh que le amaran con todo su mente, con todo su cuerpo, con todo su Ser, con  toda su alma.

El desde dónde se busca se convierte entonces en «con todo».

Si en la búsqueda nos falta algún miembro es seguro que aún no hemos encontrado la BELLEZA. Eso sí, nos conformamos con lo que de bello ya percibimos y nos conformamos generando la «zona de  confort» más limitante que existe pues nos deja ciegos para poder contemplar la BELLLEZA.

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