De película. Así quería la vida que fuera de película. Se me olvidó el género y así me ha ido. Despedí al Director y sobre todo al guionista. Cambie la banda sonora. Elegí un nuevo vestuario. Cambié los decorados. Aún faltaba algo. Decidí entonces ser el protagonista. Desde entonces no me importa el género el decorado o el vestuario el guión o el director pues ya soy el protagonista de mi vida.