FILIACIÓN DIVINA

Algunos creen que la cuestión reside simplemente en una simple creencia racional sobre la existencia de Dios. O creo o no creo y ya está.

La conceptualización de Dios le hace vulnerable pues todo lo que viene de la razón lo es.

Considerar a Dios como un sentimiento le coloca en la subjetividad más individualizada y cada uno tiene sus sentimientos, fruto de memorias de circunstancias, cultura y educación.

Es la creencia de la Filiación Divina la que coloca al hombre y la mujer en una predisposición mental y sentimental de total abandono y bondad en las manos de Dios de la misma manera que los niños más pequeños la tienen a sus padres.

Esta creencia provoca los cambios en nuestro cerebro que la Neurociencia ha confirmado y que la Inteligencia Espiritual permite entrenar y anclar en nuestras vidas.

La Filiación Divina como creencia proveedora aporta seguridad, una emoción muy expansiva y enriquecedora, que junto a la alegría predispone la creyente para una vida más plena.

Se trata de considerarse Hijos de Dios, esa es la diferencia cualitativa entre quienes conceptualmente rechazan su existencia, quienes experimentan a Dios en su interior y quienes al aceptar el concepto y el sentimiento, además, se consideran Hijos suyos, generando la profunda creencia transformadora que ha iluminado a tantas personas a lo largo de la historia.

Como hijos, como niños pequeños en brazos de su madre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.