LA GRACIA.
Hoy en día se busca el liderazgo, la motivación y los valores entre otros intangibles para empoderarnos. Buscamos la ciencia y las herramientas necesarias que nos permitan su desarrollo con el fin de tener un «por qué», un «para qué» y un «como».
Hemos hecho de esta búsqueda un negocio de todos que crece día a día. Unos compran y otros venden. Todos estamos implicados en este «mercado».
Más hay un sector de la población que no busca su empoderamiento en las mismas fuentes que el resto. Estos buscan «La Gracia».
No tendría espacio y tiempo para explicar el «Estado de Gracia». Se trata de un estado en que la persona ha alcanzado un nivel de desarrollo espiritual determinado que le permite el discernimiento de la Sabiduría y el desarrollo de determinadas Virtudes.
El camino de la «Gracia» no es un mercado. La «Gracia» no se compra con un entrenamiento, si bien su mantenimiento si depende de un entrenamiento permanente de cuerpo, mente y espíritu.
La «Gracia» la obtiene quien la busca. Para encontrarla hay que buscarla. El modo búsqueda es la actitud que se requiere para encontrarla.
Para buscar hay que tener la sensación de falta o pérdida. Sólo quien siente que le falta algo en su vida comienza el camino de búsqueda.
Cuando alguien recibe la «Gracia» recibe una pesada cruz, representada por el entrenamiento personal que debe realizar para mantenerla en su vida. Si bien, con ella llegan las Virtudes necesarias para mantener la lucha y esa cruz se hace muy liviana.
La «Gracia» es propia del cristianismo. Todos estamos llamados a ella.
Si quieres encontrarla abre tu corazón. Aquieta tu mente. Dispón tu cuerpo. Y pronuncia las palabras que la invocan: «ABBA» o «Padre». Y espera.