NO ESTAMOS SOLOS.
Un mantra imperante en estos días es que sólo podemos contar con nosotros mismos para lograr nuestras metas.
Un mantra por que se repite en nuestras mentes una y otra vez generando una potente creencia.
Una creencia que la mente acoge con satisfacción pues es una de sus creaciones favoritas y que se llama ego, es decir, individual, con una apreciación y disposición a considerarse separado de los demás, diferente, a lo que ayuda el cuerpo, pues éste da la sensación de separación aún de manera más poderosa.
Recientemente la Neurociencia descubre que estamos conectados. Que como en un bosque, a través de las raíces nos comunicamos los unos con los otros como si fuéramos árboles.
Pero es que las religiones y filosofías más ancestrales lo vienen afirmando desde hace miles de años.
Nuestra mente genera esta creencia de soledad tan falaz e ilusoria pero a la vez tan potente y destructiva.
Identificarla y sanarla es un objetivo vital en Desarrollo Personal. El maestro o profesor que la mantenga como dogma y creencia paradigmática está sencillamente embebido de la misma creencia y es síntoma de poca hondura y desarrollo de sus capacidades y actitudes.
Nadie está sólo. Una lección que deberíamos enseñar desde pequeños a todos los niños y niñas. La ciencia lo confirma y las más ancestrales sabidurías lo mantienen.
Para lograr la conexión no se utiliza la mente, se utiliza el corazón y hay que aprender a utilizarlo, hay que aprender Inteligencia Cardíaca.
A quién sienta que su mente le ha engañado con la creencia de la soledad existencial le invito a salir de esa zona de confort.