SABER CONTAR

SABER CONTAR.

El balance de la vida es una cuenta difícil de cuadrar. Tanto que algunos van dejando cuentas pendientes para el final, pensando que en el futuro podrán enmendar. O quienes creen que como al final da igual, pues todos al agujero hemos de ir a parar, hacer cuentas es una historia que nada tiene de verdad.

Más olvidamos que la vida es una y que en otro sitio no está. Ni pasado, ni futuro. El Ahora es la verdad.

El balance es automático. Se resetea cada instante y de cada instante la huella dejará. Los sucesivos balances sumados todos están en la vida que es ahora, resultado, no del azar, sino de cuantos balances dejastes pasar.

A quien aún considera, que de su balance los demas respuestas han de dar, y culpamos al mundo de nuestras miserias sin pensar que nosotros somos sus responsables, sin más.

Alcanzar la sabiduría para cuadrar el balance es la meta principal. Más hay quien se pierde en la cuentas y quien prefiere otras cosas contar: dinero, poder, experiencias…Nos hacemos entonces expertos contables de quienes dominan nuestra vida esperando en justa medida su justicia y su bondad. Más cuentan quienes así obraron que no hay diferencia al final, que todos vamos a la fosa, donde al parecer debemos morar.

Pero quien no equivoca el balance, cuadrado lo tiene ya, cada día experimenta el gozo de no esperar. Y no espera al final, que sabe que hay más allá y por tanto espera el turno de volver jugar. Su balance se lo permite y en el agujero cumplirá el sueño de quienes no erraron en las cuentas y supieron sumar y restar. 

Más quien de cielo, tierra o infierno piense que hablamos, vuelva a la escuela para aprender a contar, pues la cuenta se la contaron más no la aprendieron, que creyeron que fuera de otra manera o ese día «novillos» facieron los que no saben contar.

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